El trabajo de las Escuelas infantiles para conseguir patios renaturalizados entra en su recta final
Ya hace más de un año que las escuelas infantiles del módulo de Espacio público e intervenciones urbanas comenzaron un ambicioso proceso de formación y trabajo. Este camino se inició debido a la necesidad de cambiar la mirada sobre los espacios exteriores de los centros educativos. Siempre a la vanguardia de la innovación educativa, los equipos docentes de las escuelas infantiles se habían dado cuenta de la necesidad de que estos espacios exteriores fueran una extensión de las aulas. Que se convirtieran en lugares donde los procesos de aprendizaje significativo de las niñas y los niños pudieran tener lugar en plena libertad. Querían transformar sus patios en jardines repletos de propuestas didácticas integradas en la naturaleza.
Para abordar este proceso, el grupo de escuelas infantiles decidió trabajar con personas expertas en diferentes áreas, desde la pedagogía a la jardinería.
Y cuando llegó la pandemia no se detuvieron. El grupo de escuelas se adaptó al trabajo virtual. Aunque sin el calor de desayunar todas juntas, las personas que componen el grupo mantuvieron intactas sus inquietudes.
El pasado 21 de octubre llegó el momento de conocer todos los aspectos jurídicos y legales sobre las modificaciones que necesitan los patios escolares. De la mano de Jaime Doroste, abogado colaborador, el grupo ahondó en la distribución de las competencias legales sobre los patios de sus escuelas infantiles. Más tarde, se volvieron a juntar para hacer llegar sus necesidades a las autoridades de la Subdirección General de Educación y Juventud del Área de Gobierno de Familias, Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento de Madrid.
El 9 de diciembre tuvo lugar la última sesión de este grupo de trabajo. Se disfrutó de la presencia de Isabel Recio. Ella brindó todos sus conocimientos pedagógicos para fortalecer los argumentos de los equipos educativos a favor de entornos escolares renaturalizados, saludables y participativos. Mostró como su proyecto “de patio a jardín” ha convertido los espacios planos de varios centros educativos en escenarios de aprendizaje constructivista para todos los proyectos de desarrollo de las niñas y los niños de la escuela.
El fruto de este esfuerzo está a punto de ver la luz. Dentro de poco, las reflexiones del grupo de escuelas y de las personas que las han acompañado durante este proceso quedarán plasmadas en una guía que ayudará a crear entornos escolares adecuados para la infancia. Gracias a ella, el personal administrativo, municipal y docente podrá encontrar las bases pedagógicas, técnicas y legales para afrontar la construcción de nuevas escuelas o la remodelación de las ya existentes.
Ha sido un camino lleno de retos, pero muy enriquecedor. Seguro que, con él, las escuelas infantiles han plantado las semillas para que todos los patios se conviertan algún día en jardines.